Antonio Arana
Antonio Arana
Antonio Arana
En ocasiones, los informes periciales psicológicos, en lugar de beneficiar a la persona a la que se evalúa, puede perjudicarle de manera injusta. Esto a veces pasa con los informes realizados por los equipos psicosociales de los juzgados. Sin poner en duda el buen desempeño de estos profesionales, la falta de medios y la carga excesiva de trabajo comprometen el resultado de sus dictámenes. Estas cuestiones se evidencian con la limitación temporal que tienen para cada caso que les asignan, comprometiendo de este modo el tiempo de análisis que una situación como esta requiere. Por otro lado, estos peritos están sujetos a presupuestos públicos, que en ciertos momentos no permiten el acceso al número y tipo de pruebas que se necesitan. Este es el contexto donde se pueden dar errores.
Cuando el abogado o el actor principal del informe psicológico no esté de acuerdo con sus conclusiones, podrá impugnar el mismo mediante un contrainforme/contraperitaje. En estos casos mi labor será la de hallar cuáles son los aspectos que no están científicamente sostenidos, qué errores se han cometido en la metodología (falta e inadecuación de test/cuestionarios) y si el análisis e interpretación de los resultados es el correcto. Para ello habrá que llevar a cabo un minucioso estudio teórico/técnico del contenido del informe que se quiere impugnar.
Un contrainforme puede ser de gran utilidad para los abogados, ya que proporciona nuevos argumentos testados y sólidos. El trabajo realizado recogerá todos los errores teóricos y técnicos del informe del equipo psicosocial del juzgado. Demostrando ante el juzgador la debilidad de las conclusiones que se habían alcanzado.
En ocasiones, los informes periciales psicológicos, en lugar de beneficiar a la persona a la que se evalúa, puede perjudicarle de manera injusta. Esto a veces pasa con los informes realizados por los equipos psicosociales de los juzgados. Sin poner en duda el buen desempeño de estos profesionales, la falta de medios y la carga excesiva de trabajo comprometen el resultado de sus dictámenes. Estas cuestiones se evidencian con la limitación temporal que tienen para cada caso que les asignan, comprometiendo de este modo el tiempo de análisis que una situación como esta requiere. Por otro lado, estos peritos están sujetos a presupuestos públicos, que en ciertos momentos no permiten el acceso al número y tipo de pruebas que se necesitan. Este es el contexto donde se pueden dar errores.
Cuando el abogado o el actor principal del informe psicológico no esté de acuerdo con sus conclusiones, podrá impugnar el mismo mediante un contrainforme/contraperitaje. En estos casos mi labor será la de hallar cuáles son los aspectos que no están científicamente sostenidos, qué errores se han cometido en la metodología (falta e inadecuación de test/cuestionarios) y si el análisis e interpretación de los resultados es el correcto. Para ello habrá que llevar a cabo un minucioso estudio teórico/técnico del contenido del informe que se quiere impugnar.
Un contrainforme puede ser de gran utilidad para los abogados, ya que proporciona nuevos argumentos testados y sólidos. El trabajo realizado recogerá todos los errores teóricos y técnicos del informe del equipo psicosocial del juzgado. Demostrando ante el juzgador la debilidad de las conclusiones que se habían alcanzado.
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Información protección de datos Antonio Arana Fernández